Recorrido por las piezas de la Colección Arqueológica Municipal expuestas actualmente en el museo.
En tiempos geológicamente no muy lejanos, hace poco más de siete millones de años, Alcalá se situaba en el centro de uno de los dos estrechos marinos principales que conectaban el océano Atlántico con el Mediterráneo.
Un millón de años más tarde, estos dos estrechos se cerraron, provocando la desecación del Mediterráneo. A pesar de ello esta zona siguió constituyendo un medio marino abierto hacia el Atlántico, y es durante este periodo cuando se depositaron los sedimentos que conforman hoy el subsuelo alcalareño: arcillas margosas (greda), arenas y las calcarenitas (albero), donde aparecen gran cantidad de fósiles que nos muestran cómo pudo ser esta vida marina mucho tiempo antes de que el género Homo irrumpiera en la Tierra.
En la foto se muestra:
Dos dientes de Megaselachus megalodon
Fragmento de mandíbula de cetáceo Pecten benedictus AG-227
Molino de Pigmentos. Conjunto de piedra de moler pulimentada con base barquiforme. Su pequeño tamaño y el material en el que está realizada la moleta sugieren un posible uso para moler pigmentos u otros materiales singulares. Los hombres y mujeres que habitaban Gandul en el calcolítico utilizarían estos molinos para machacar lo pigmentos que al mezclarlos con aglutinantes, como resina o grasa animal, podían utilizarse con varios fines como la expresión artística, el uso doméstico o la función funeraria.
Hacha de mármol blanco. El uso tradicional de este tipo de hachas era el trabajo de la madera, en especial la tala de árboles. Se unía perpendicularmente a un elemento de madera que funcionaba como mango. No obstante, esta pieza destaca por estar realizada en mármol blanco, procedente de otras localizaciones con las que el poblado de Gandul mantendría canales comerciales de intercambio de materiales. Tiene además otra "anomalía", y es que el nivel de pulimentado es tan alto, que inutilizaría la pieza para su uso habitual, dándonos a entender que su realización pudo tener desde el inicio un fin ornamental, o formar parte de un ajuar funerario.
Cerámica prehistórica. La cerámica se ha utilizado para fechar yacimientos arqueológicos durante más de un siglo. Jorge Bonsor encuentra y cataloga varios elementos cerámicos que definen el horizonte cultural de la Mesa de Gandul en el Calcolítico Pleno Campaniforme. Cerámica hecha a mano, pero que evoluciona hacia nuevas formas como cazuelas con carena o platos de borde almendrado. Los fragmentos cerámicos aquí exponemos son de tipo campaniforme. La Mesa de Gandul se introduce en circuitos comerciales gracias al desarrollo de la metalurgia, lo que provoca el conocimiento y difusión del vaso Campaniforme en el área de Gandul.
Cabezas masculina y femenina (ss. I - II d.n.e)
Estas cabezas son dos de las joyas de la colección arqueológica municipal. Se trata de dos cabezas, una masculina y otra femenina, talladas en mármol blanco muy fino. Ambas aparecen en Alcalá de Guadaíra y datadas a comienzo de la época antoniana, siglos I - II d.n.e.
Pequeño dolium o vasija de almacenamiento de época romana .
Solía utilizarse en instalaciones rurales para almacenar grano o aceite, y en viviendas y tiendas (tabernae) con la misma funcionalidad. Pieza original procedente del Fondo Lucurgentum. La inscripción sobre cerámica hallada en el yacimiento de La Venta El Parrao pudo ejecutarse sobre un contenedor semejante a este.
Urna cineraria de vidrio
A partir del siglo I d.n.e., se descubrió la técnica del soplado en Roma, fue la más utilizada para la elaboración de piezas ya que simplificó la producción y se pudieron generar numerosas formas para nuevas funciones a menor coste. La plasticidad del vidrio al ser soplado es lo que permitió dar diversas formas a los objetos. Por esta razón, el vidrio se convierte en un objeto más de la vida cotidiana. La alta calidad técnica y artística alcanzada por los maestros del vitrum, nos dejaron piezas de excepcional importancia como esta, una urna cinenaria de cuerpo ovoide, donde predomina el gusto por el color natural del vidrio azul verdoso. La función de esta urna era contener los restos cremados del difunto junto con el ajuar funerario que le pertenecía.
Ejemplo de suelo en Opus Spicatum
Restitución de pavimento construido con pequeños ladrillos (laterculi) hallados casualmente en un yacimiento de época romana. La disposición del aparejo recuerda al dibujo de espinas de peces o espigas de ceral, de ahí su denominación opus spicatum. Posiblemente formase parte de un espacio doméstico o industrial- agrícola. Los pequeños ladrillos localizados en el yacimiento de La Venta El Parrao debieron usarse en la construcción de un suelo parecido. También se ha documentado laterculi en las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en el Cerro del Castillo de Alcalá de Guadaíra.
FRAGMENTO DE FIGURA TOGADA
Fragmento de material pétreo tallado, que representa parte del torso y hombros de una figura togada. Localizado en la zona conocida como "Las Lomas/El Tejar", donde no se tiene información de ningún yacimiento arqueológico inventariado. A pesar de esta falta de conocimiento sobre su procedencia, este tipo de piezas suelen vincularse a contextos residenciales de cierta entidad.
Piedra caliza. Periodo altoimperial romano (S. I-III)
ÁNFORA DE LA NECRÓPOLIS DEL ROSALEJO
Contenedores anfóricos fabricados en la bahía de Cádiz para el comercio de salsas de pescado y de vino. Tras el consumo del producto que transportaban, estas ánforas pudieron reservarse para ser reutilizadas en el contexto funerario donde se hallaron. Tipologías: Beltrán IIB, var. B. Cronología: Finales del siglo I – inicios del III d.C.
Tégulas de época romana ss. III/ V d.n.e.
Junto con asentamientos urbanos como Gandul o enclaves periurbanos como Las Majadillas, el territorio de Alcalá presenta también localizaciones rulares vinculadas a la explotación agrícola del territorio y espacios singulares de tránsito o abastecimiento. Es el caso de Santa Lucía, yacimiento excavado en 2006 en el que se documentó un asentamiento con origen altoimperial (ss. I/II) que perduró probablemente hasta comienzos de la época andalusí (s. X). Junto con espacios industriales y de almacenamiento, destaca la documentación de una extensa necrópolis fechada entre los ss. III/ V, en las que aparecieron evidencias de Cristianismo primitivo. En Santa Lucía se documentan numerosos tipos de enterramientos, siendo el más frecuente la fosa cubierta con tégulas a dos aguas.
Encontradas en la zona funeraria de Santa Lucía.
Conjunto de piezas columnarias
Este conjunto incluye parte de un fuste de sección circular, dos basas de sección circular y un posible cimacio de sección cuadrangular. El material es marmóreo, y en el caso del posible cimacio presenta adornos en relieve de carácter geométrico repetitivo. La cronología del conjunto parece ser predominantemente romana (ss. II / IV).
Procedencia indeterminada dentro del T.M. de Alcalá de Guadaíra.
Piedra de molino
Tenemos una piedra de molino de época romana (parte inferior o “meta”), de forma cónica. Está realizada en piedra alcoriza y localizada en la conocida como “Villa de las Canteras”, junto a la Mesa de Gandul. Presenta una cronología amplia, entre los ss. II / IV.
Alcalá en la Edad Media
Conjunto formado por bacín (escupidera) con decoración de "comas" azules sobre fondo blanco, jarrito melado y combinación de plato y escudilla vidriados en blanco. Estas producciones cerámicas localizadas en el Patio de la Sima del Castillo de Alcalá de Guadaíra marcan la transición desde la Edad Media hasta la Edad Moderna, y enlazan con la última fase de poblamiento del castillo con la expansión urbana de Alcalá extramuros del recinto primitivo del Castillo a finales del silgo XV y comienzos del XVI. Azulejos medievales. Se trata de un conjunto de azulejos aparecidos en las excavaciones arqueológicas realizadas en el Castillo de Alcalá de Guadaíra en 1999. Están fechados en el primer tercio del siglo XVI, de estilo sevillano, más concretamente del taller de Niculoso Pisano, realizados por el procedimiento de arista y decorados con motivos polícromos. Formarían parte de un zócalo de acceso a la zona doméstica situada en ese mismo periodo en el Patio de la Sima. Frente a la imagen habitual que podemos tener del recinto fortificado alcalareño, de apariencia tan árida como monumental, este conjunto cerámico nos evoca la de un lugar habitable y habitado, incluso con cierto gusto por la ornamentación, en la que pudo ser su etapa de mayor esplendor.
Bolaños de piedra
Las balas de piedra se utilizan desde la balística más primitiva (catapultas, balistas, fustíbalos), que aprovechaban la energía mecánica acumulada por tensión para el lanzamiento de los proyectiles. No obstante, su normalización y utilización se perfecciona durante la baja Edad Media. Las tenemos atestiguadas en el cerco de Algeciras, a mediados del s. XIV. Entre los ss. XIV y XV se usan en tiro con lombardas o "morteros pedreros", aunque progresivamente se irían imponiendo las balas metálicas, que sustituyen a los bolaños en el s. XVI. Los bolaños eran de sencilla producción, aunque menos eficientes en el tiro y el impacto. El alcance máximo de un lombarda entre los ss. XIV y XV se situaba entre los 1300 y 2000 metros. Este ejemplo representaba un calibre de 360 mm, pero llegaron a fabricarse bolaños de 580 mm.
Encontradas en el Castillo de Alcalá de Guadaíra. Donación de Francisco García Rivero.
Sillares de piedra alcoriza con talla de espiga
Se trata de dos sillares de piedra alcoriza, con unas medidas de 55 x 49 x 37 cm. Ambas piezas presentan cierta erosión, fruto tanto de un posible uso de acarreo como de su incorporación a un relleno de escombros en época contemporánea. Su localización se produce durante la campaña arqueológica realizada en Torre Mocha en 2021. Aunque el contexto arqueológico es de carácter secundario (relleno de la liza del antemuro de Torre Mocha, de cronología contemporánea), sus características morfológicas y funcionales apuntan a un uso original en la zona monumental del castillo. En ambos ejemplares, el detalle más singular lo constituye la talla en una de sus caras de un motivo espigado bastante irregular. Este motivo puede relacionarse con el sistema de anclaje de los sillares en la estructura original que los albergó, pero no se conocen otros ejemplos similares en el yacimiento. Asimismo, podría ser una talla secundaria, en momentos de reutilización de las piezas, al asimilarse a algunos ejemplos de moldes de fundición. Por el momento, este detalle permanece irresuelto. Sobre la cronología original de las piezas, su módulo es similar al de otros sillares empleados en la fase bajomedieval del recinto fortificado, caso de las propias estructuras de la Puerta de Santa María, adyacente a la Torre Mocha.
Procedencia: Cerro del Castillo (Sector Torre Mocha) Cronología: Probablemente s. XIV (Original)
Arca de las tres llaves
El Concejo de Alcalá se forma durante la baja Edad Media (ss. XIV-XV), como órgano local encargado principalmente del cobro de impuestos y la administración de justicia. Hasta 1487 se reunía en la Torre Mocha del Castillo, trasladándose en este año al entorno de la iglesia de Santiago.
Durante la Edad Moderna (ss. XVI-XVIII) el Concejo amplía progresivamente sus funciones: abastecimiento, administración de bienes "propios", beneficencia, instrucción pública, policía...
En 1500 los Reyes Católicos establecen la obligación para los concejos de "nacer un arca donde estén los privilegios y escrituras del Concejo a buen recaudo". Ya en 1718 tenemos la primera mención a "diputados llaveros del archivo", encargados de inventariar y custodiar la documentación municipal depositada en el arca de la escribanía del Cabildo.