El Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra ha rendido homenaje a los grabadores sevillanos Francisco Cortijo, Francisco Cuadrado y Cristóbal Aguilar, integrantes del movimiento ´Estampa Popular´ con una placa conmemorativa en la calle Sor Petra (antigua calle Marea) donde residieron algunos años y que fue punto neurálgico del Grupo Sevilla de este movimiento artístico. La colocación de esta placa cierra así el ciclo de actividades que se han realizado con motivo de la exposición Estampa Popular. Arte y Memoria, en el Museo de la ciudad, que ha incluido una exposición y una mesa redonda impulsada desde el Área de Identidad.

El acto ha contado con la asistencia de la alcaldesa de la ciudad, Ana Isabel Jiménez, el delegado de Cultura, Christopher Rivas, miembros de la corporación municipal, la presidenta de la Fundación Paco y Lola Cortijo, Ana María Cortijo y familiares de los artistas que han querido estar presentes.

El Grupo Sevilla de Estampa Popular, creado en 1959 por José Ortega, fue un movimiento artístico de carácter político y social que luchó contra la dictadura franquista a través de la gráfica y el grabado, utilizando el arte como herramienta de denuncia. El Grupo Sevilla, ´Estampa Popular´ se traslada de Sevilla a Alcalá de Guadaíra donde desarrolló una parte fundamental de su actividad artística y social. Precisamente, en esa calle donde hoy luce la placa, los artistas Francisco Cortijo, Cristóbal Aguilar y Paco Cuadrado compartieron vida y trabajo, creando obras que retratan la realidad de la época: la pobreza, la emigración y el trabajo del pueblo andaluz.

Así lo ha recordado, Ana Isabel Jiménez, quien ha señalado que “en esta calle se condensa una historia riquísima y muy hermosa, aunque con momentos dramáticos que incluyen la persecución y la cárcel que sufrieron sus protagonistas. Es la historia de unas personas que estaban convencidas de que el arte es una fuerza poderosa que puede romper cadenas, derribar muros y que siempre debe estar del lado de la libertad”.

El responsable municipal de Cultura, Christopher Rivas ha explicado que “con esta placa rendimos homenaje a aquellos artistas que hicieron posible que el arte se alzara como voz de resistencia, que nos inspira a seguir defendiendo la libertad de expresión y valorar el poder transformador de los movimientos artísticos”.

Asimismo, Rivas ha puesto en valor el trabajo desarrollado desde el Museo y la Delegación de Memoria Democrática “con el objetivo de recuperar este movimiento que tuvo su epicentro en la ciudad y conseguir darlo a conocer a las próximas generaciones, como agradecimiento a su lucha por las libertades y su compromiso social en favor de los trabajadores andaluces”.

En el número cuatro de esta calle vivieron en los años sesenta del siglo pasado Francisco Cortijo y su mujer, Lola Sánchez, y posteriormente Paco Cuadrado y Mari Paz. La convirtieron en un gran espacio creativo por el que pasaron muchos artistas. Un espacio para el arte y un cuartel en la batalla por la libertad en aquellos años de lucha contra la dictadura.

El humo de su horno de cerámica se mezclaba con el de las panaderías como símbolo de la  comunión con el pueblo. Lo encendían de noche para que pasara desapercibido, como si fuera un horno más de pan. Los hornos de pan daban sustento a los cuerpos de los trabajadores y los jornaleros que tanto sufrieron la dictadura y el horno de esta casa, alimentaba su alma con el sustento de la libertad.

Ese movimiento de lucha y reivindicación tomó el nombre de Estampa Popular, que permanece como sinónimo de resistencia y compromiso. Un movimiento artístico que utilizó la expresión plástica, sobre todo la obra gráfica seriada, para luchar contra la dictadura de Franco y en favor de la recuperación de todas las libertades. José Ortega creó en Madrid este movimiento en 1959. El grupo de Sevilla nació en Los Pajaritos en 1960, configurado por Cristóbal Aguilar, Paco Cortijo y Paco Cuadrado, pero pronto pasó a Alcalá al número 4 de esta calle, buscando un clima de mayor libertad que en la capital. De aquí salieron piezas de barro, grabados, dibujos o pinturas, todas ellas marcadas por un profundo compromiso social.

Aquí la actividad creativa fue muy importante y se generó un hermoso vínculo entre la ciudad y Estampa Popular que sigue presente en Alcalá y que en el día de hoy se refuerza con esta placa conmemorativa.

Ana Isabel Jiménez, ha manifestado que “es un homenaje de agradecimiento a un grupo de mujeres y hombres a los que rendimos admiración por su labor artística. Nos dejaron obras de gran calidad y de una intensa expresividad, por su compromiso social, por su lucha por la libertad y por su entrega hasta el punto de sufrir con mucha dureza la represión del régimen franquista. Constituyeron el primer movimiento político y social de la historia del Arte en España y forman para siempre parte de la identidad cultural de Alcalá”.

Por último, ha agradecido a la Fundación Francisco y Lola Cortijo, a sus familiares y a los familiares de Paco Cuadrado y Mari Paz y de Cristóbal Aguilar por su colaboración y su presencia y todos y todas los presentes en un día – ha dicho-  “ en el que recuperamos una parte de la historia de nuestra ciudad”.