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El Museo acoge una nueva entrega del ciclo "Paisaje Invitado", con la presentación de la obra "Reata de burros en Oromana" del pintor Nicolás Alpériz

Se trata de la primera obra expuesta restaurada gracias a la Subvención de Bienes Muebles, fruto de esa acción pública de recuperación y apuesta por el patrimonio

Fecha: 07/03/2025

El Museo de la ciudad acogió una nueva entrega del ciclo “Paisaje Invitado” con la presentación de la obra del pintor Nicolás Álpériz “Reata de burros en Oromana”. Se trata de una pintura, que forma parte de la tradición de la Escuela de Alcalá, nos transporta a la ribera del Guadaíra, donde la naturaleza y las labores del campo se funden en una escena de gran realismo y expresividad.

El delegado de Cultura, Patrimonio y Museo, Christopher Rivas destacó durante la presentación que “desde la delegación que presido hemos trabajado para garantizar la conservación de esta pieza, que ha sido restaurada gracias a la Subvención de Bienes Muebles, un esfuerzo que nos permite seguir cuidando y poniendo en valor nuestro patrimonio artístico”

Igualmente Rivas, agradeció al Catedrático Hemérito de Historia del Arte e Historiador honorario de la Universidad de Sevilla, Gerardo Pérez Calero su valiosa intervención durante la presentación de la obra. “Su amplia experiencia y conocimiento en el ámbito del arte nos ha permitido profundizar en el legado de Nicolás Alpériz y en la importancia de esta pieza dentro del contexto artístico de Alcalá de Guadaíra”. Para concluir , invitó a la ciudadanía a visitar el Museo para admirar esta obra restaurada, un testimonio vivo del legado artístico de la ciudad.

"Reata de burros en Oromana" de Nicolás Alpériz

Óleo sobre tela de lino tensada y montada en bastidor de madera de pino.

30 x 50 cm.

Nicolás Alpériz (1865-1928)

De orígenes humildes – fue sastre antes que pintor – Alpériz encarnó a orillas del Guadaíra el retrato perfecto del artista bohemio que se dejó atrapar por el entorno y por el carácter de sus vecinos, hasta convertirse en un "alcalareño" más. De hecho, estableció su residencia en el municipio durante tres décadas, algo que no se observa en el resto de autores, que pasaban breves temporadas en el pueblo – o apenas un día -, debido a la rápida comunicación que existía con Sevilla desde la a pertura de la línea férrea en 1873. En el caso de Alpériz, el lazo sentimental se estrecha y, como resultado, creará deliciosos paisajes de estética "wagneriana", con tonos sombríos – grises, verdes, ocres -, en los que se insertan anécdotas o escenas laborales.

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