Alcalá entregará mañana al ganador de la Quinta Etapa de la Vuelta Ciclista 2015 uno de los emblemas y señas de identidad que la han caracterizado por siglos y que viene representada bajo la figura de un mulo con las angarillas llenas de pan.

Se trata de la estampa histórica más característica de Alcalá. La ciudad del Guadaíra se conocía antaño por su famoso pan, de ahí el sobrenombre de `Alcalá de los panaderos´; panaderos que dibujaron las calles de Alcalá y también las calles de Sevilla regadas cada día por este rico manjar que se transportaba en tren para después repartirse a lomos de los mulos que lo llevaban recién hecho en sus angarillas. Agua y pan de Alcalá para Sevilla, narra la historia.

La industria panadera en Alcalá dejó figuras tan singulares como el maestro panadero, las mujeres que amasaban los bollos sobre los tornos y el hornero que era quien manejaba el horno donde la masa se doraba. Sin embargo la escena principal y propia la ponían los mismos que tiraban de los mulos y a su paso por las calles de Alcalá iban pregonando el pan.

Alcalá lleva siglos amasando esta tradición panadera y la rememora haciendo entrega de este trofeo al ganador de la etapa de La Vuelta 2015, en reconocimiento a su triunfo después de un largo esfuerzo y, como el mejor pan recién hecho, en señal de la grata y cálida acogida de un pueblo abierto, dinámico y emprendedor que, ante todo, sabe del ímpetu y el trabajo que requiere conseguir los sueños y alcanzar la meta para posicionarse como ciudad referente de la riqueza y el empleo en Andalucía.