
ALCALÁ DE GUADAÍRA Y SUS RIBERAS EN FITUR
Más de un millón de metros cuadrados de parques naturales, con molinos harineros, fortaleza mozárabe, manantiales, embarcaderos y el único puente figurativo del mundo son algunos aspectos que engloban las riberas del río Guadaíra en su tramo urbano p
Fecha: 19/01/2011
El patrimonio natural de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) se presenta el próximo día 20 en la Feria Internacional del Turismo (FITUR) en Madrid como emblema de la puesta en valor de un río y sus riberas para el ocio ciudadano y la acogida de visitantes que quieran disfrutar de la naturaleza y la historia.
La Delegada municipal de Turismo, Laura Ballesteros, ha manifestado que el Plan Turístico Riberas del Guadaíra parte de un convenio con la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte de la Junta de Andalucía para aprovechar las potencialidades de la ciudad atrayendo las visitas que llegan a la capital hispalense.
“Las alternativas turísticas de Alcalá son aún desconocidas y nuestro propósito es difundir nuestro patrimonio natural por lo que, además, que la Consejería lleve este tema una de las mayores ferias de turismo del mundo es una gran oportunidad” -ha puntualizado.
Las Riberas del Guadaíra unen naturaleza, ocio, historia, deporte, educación, y medio ambiente en más 1,1 millón de metros cuadrados de parques, con dos centenares de hectáreas recuperadas y 38 kilómetros de caminos naturales.
El río Guadaíra está jalonado de multitud de molinos harineros cuya producción de pan dieron a la ciudad, proveedora de Sevilla, el nombre de la Alcalá de los Panaderos. Estas construcciones, de más de tres siglos, han recuperado hoy su estadio original para servir de nuevos yacimientos de empleo para el turismo.
Una de estas construcciones típicas, la Harinera, se convierte en Museo y Centro de Interpretación del Pan, con una visión nueva con cooking show, y oficina turística. Algunos metros más adelante en el curso del río está el Centro de Educación para el Turismo Sostenible que une el necesario desarrollo con el cuidado y la protección del medio ambiente desde una perspectiva didáctica.
El Guadaíra serpentea a los pies de una de las fortalezas mozárabes más grandes de Europa, que se están restaurando como símbolo histórico de la localidad para seguir acogiendo grandes eventos culturales en sus patios amurallados, como los festivales flamencos, y poder describir su historia en su Centro de Interpretación.
Este curso fluvial está rodeado de grandes parques de pinares, eucaliptos, naranjos, higueras...que podemos descubrir, a pie o en bicicleta, con centenares de caminos en los que nos esperan multitud de manantiales y zonas de descanso con merenderos que nos llevan incluso al único puente figurativo conocido del mundo, El Guardián del Castillo, que escenifica un dragón que une ambas orillas bajo el castillo.
No en vano está en curso su declaración de Monumento Natural. Y más allá también encontramos circuitos deportivos, zonas de estiramiento, embarcaderos...Comúnmente podemos observar que los caminos se ocupan por corredores y por ciclistas, incluso con pruebas organizadas que se entremezclan con pescadores en las orillas que hacen de espectadores cuando se organizan cursos de piragüismo.
Este cúmulo de propiedades beneficiosas para el turismo se unen a una ciudad que apuesta por mantener su historia y tradiciones para las generaciones venideras y propiciar las mejores oportunidades culturales. De ahí que se pueda encontrar desde el recinto arqueológico de Gandul, de la época calcolítica, a las recientes dotaciones de ámbito provincial de una de las mayores bibliotecas públicas de Andalucía y del teatro auditorio Riberas del Guadaíra preparado para todo tipo de grandes espectáculos con un millar de butacas.
Se trata de una ciudad, cuna de La Soleá flamenca, con exquisitas tradiciones culinarias, especialmente de dulces, que es muy visitada por su Semana Santa, declarada de Interés Turístico Nacional; por sus carnavales, en los que participan más de 35.000 personas, o por su feria, en el incomparable recinto de San Juan, también en la ribera.
En definitiva, Alcalá se presenta como una ciudad con muchas potencialidades más allá de su proyección industrial e innovadora conocida para el medio ambiente, la cultura y, por supuesto, el turismo.
El patrimonio natural de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) se presenta el próximo día 20 en la Feria Internacional del Turismo (FITUR) en Madrid como emblema de la puesta en valor de un río y sus riberas para el ocio ciudadano y la acogida de visitantes que quieran disfrutar de la naturaleza y la historia.
La Delegada municipal de Turismo, Laura Ballesteros, ha manifestado que el Plan Turístico Riberas del Guadaíra parte de un convenio con la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte de la Junta de Andalucía para aprovechar las potencialidades de la ciudad atrayendo las visitas que llegan a la capital hispalense.
“Las alternativas turísticas de Alcalá son aún desconocidas y nuestro propósito es difundir nuestro patrimonio natural por lo que, además, que la Consejería lleve este tema una de las mayores ferias de turismo del mundo es una gran oportunidad” -ha puntualizado.
Las Riberas del Guadaíra unen naturaleza, ocio, historia, deporte, educación, y medio ambiente en más 1,1 millón de metros cuadrados de parques, con dos centenares de hectáreas recuperadas y 38 kilómetros de caminos naturales.
El río Guadaíra está jalonado de multitud de molinos harineros cuya producción de pan dieron a la ciudad, proveedora de Sevilla, el nombre de la Alcalá de los Panaderos. Estas construcciones, de más de tres siglos, han recuperado hoy su estadio original para servir de nuevos yacimientos de empleo para el turismo.
Una de estas construcciones típicas, la Harinera, se convierte en Museo y Centro de Interpretación del Pan, con una visión nueva con cooking show, y oficina turística. Algunos metros más adelante en el curso del río está el Centro de Educación para el Turismo Sostenible que une el necesario desarrollo con el cuidado y la protección del medio ambiente desde una perspectiva didáctica.
El Guadaíra serpentea a los pies de una de las fortalezas mozárabes más grandes de Europa, que se están restaurando como símbolo histórico de la localidad para seguir acogiendo grandes eventos culturales en sus patios amurallados, como los festivales flamencos, y poder describir su historia en su Centro de Interpretación.
Este curso fluvial está rodeado de grandes parques de pinares, eucaliptos, naranjos, higueras...que podemos descubrir, a pie o en bicicleta, con centenares de caminos en los que nos esperan multitud de manantiales y zonas de descanso con merenderos que nos llevan incluso al único puente figurativo conocido del mundo, El Guardián del Castillo, que escenifica un dragón que une ambas orillas bajo el castillo.
No en vano está en curso su declaración de Monumento Natural. Y más allá también encontramos circuitos deportivos, zonas de estiramiento, embarcaderos...Comúnmente podemos observar que los caminos se ocupan por corredores y por ciclistas, incluso con pruebas organizadas que se entremezclan con pescadores en las orillas que hacen de espectadores cuando se organizan cursos de piragüismo.
Este cúmulo de propiedades beneficiosas para el turismo se unen a una ciudad que apuesta por mantener su historia y tradiciones para las generaciones venideras y propiciar las mejores oportunidades culturales. De ahí que se pueda encontrar desde el recinto arqueológico de Gandul, de la época calcolítica, a las recientes dotaciones de ámbito provincial de una de las mayores bibliotecas públicas de Andalucía y del teatro auditorio Riberas del Guadaíra preparado para todo tipo de grandes espectáculos con un millar de butacas.
Se trata de una ciudad, cuna de La Soleá flamenca, con exquisitas tradiciones culinarias, especialmente de dulces, que es muy visitada por su Semana Santa, declarada de Interés Turístico Nacional; por sus carnavales, en los que participan más de 35.000 personas, o por su feria, en el incomparable recinto de San Juan, también en la ribera.
En definitiva, Alcalá se presenta como una ciudad con muchas potencialidades más allá de su proyección industrial e innovadora conocida para el medio ambiente, la cultura y, por supuesto, el turismo.
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