En este mes de diciembre os proponemos acercarnos a una pequeña selección de piezas de la Colección Artística Municipal procedente unas intervenciones arqueológicas realizadas en el Convento de Santa Clara a finales del siglo XX, con motivo de obras de ensanche de las calles Alcalá y Orti o Nuestra Señora del Águila.

Las Hermanas pobres de Santa Clara constituyen la segunda Orden Franciscana, también conocida por el franciscanismo femenino.

Son monjas de vida contemplativa, y por tanto hacen vida de clausura. Su principal misión es la oración. Se ganan la vida de forma muy variada, según la tradición de cada convento, realizando labores de encuadernación, bordado, repostería, etc.

La fundación del Convento de Santa Clara de Alcalá de Guadaíra data de 1597. La noble alcalareña doña Juana Gallego de Ledesma, viuda de don Alonso Martínez Vaca, con licencia del señor Cardenal Arzobispo don Rodrigo de Castro y del Padre Provincial de la orden de San Francisco, fray Bernardino Méndez, se propone la creación de una comunidad de Clarisas en la que ella, junto con otras jóvenes, se consagrasen a Dios.

El Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra contribuyó a esta fundación con dos mil ducados.

A lo largo de décadas sucesivas el convento se reconstruyó, pues inicialmente eran sólo un conjunto de casas con sus terrenos correspondientes. La labor de sucesivos patronos y bienhechores llevaron a este convento, en la segunda mitad del siglo XVIII, a ser uno de los más destacados de la Orden de Santa Clara en la provincia.

El edifico se incendió en la noche del 18 de julio de 1936, y con él todo su patrimonio artístico y su archivo documental. Las religiosas se refugiaron en el Convento de Santa Clara de Sevilla. Regresaron el 15 de octubre de 1941, con el monasterio totalmente arrasado, emprendiendo una lenta y difícil reedificación que duró bastantes años.

El bodegón está formado por un conjunto de dos ollas y una fuente de cerámica. Esta cerámica tiene un tono melado y verde tanto en el exterior como en el interior de las piezas. En el fondo de las ollas se aprecia cierto tono ennegrecido por la pérdida del vedrío por el uso del fuego. Repiten la forma de la tradición islámica. Se trata de parte de un ajuar doméstico de uso diario, en contra posición con la cerámica azul sobre azul, encontrada durante la misma intervención y que correspondería a una vajilla "de gala". La cerámica de azul sobre azul se realizaba en un arfarería de Triana y se realizaban para exportarla a las colonias españolas. Entre estas piezas destacaremos el hallazgo de una salsera con forma de caracola que ya os mostrábamos en anteriores ediciones de LA PIEZA DEL MES.