La calle Orellana de Alcalá de Guadaíra, conocida antiguamente como calle Sevilla por ser el inicio de la carretera antigua que unía ambas localidades, ha estrenado este sábado su nueva fisonomía tras las obras de rehabilitación dentro del proyecto estratégico de transformación urbana, Alcalá Futura, para convertirla en un espacio amable, accesible y sostenible que propicien la convivencia.

Con este objetivo se ha presentado la nueva fisonomía con un desayuno de convivencia, con música en directo y representaciones teatrales de personajes históricos alcalareños, como los antiguos panaderos en mulos. La Corporación, presidida por la alcaldesa, Ana Isabel Jiménez, ha departido con la vecindad sobre los beneficios de esta transformación, que no sólo es un cambio de estética, sino que ha incluido desde la renovación de los servicios de abastecimiento y saneamiento en coordinación con Emasesa, o la sustitución de la iluminación antigua por luces led de mayor potencia y menor consumo.

La alcaldesa ha destacado que “es un proyecto emblemático y supone un avance en creación de espacios más amables, accesibles y sostenibles que propician la convivencia y forman parte de una estrategia de transformación, Alcalá Futura, de la que ya podemos empezar a sentirnos orgullosos. 

La iniciativa conduce, además, a la puesta en valor del centro urbano, más allá de aspectos urbanísticos, para la creación de un bulevar-anillo cultural y de ocio que una el casco histórico, con el Molino subterráneo de la Mina con elemento singular, el Castillo y las Riberas del Guadaíra”. 

 Estos proyectos cuentan con el apoyo europeo estando cofinanciadas al 80 por ciento por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), en el Marco de la Estrategia DUSI Alcalá de Guadaíra 2020 y el Programa Operativo Plurirregional de España 2014-2020. 

La intervención ha consistido en la creación de una plataforma única con espacios no sólo para el tránsito, sino también para la convivencia, con bancos, árboles, vegetación, un antes y después para una de las más conocidas entradas a la ciudad junto a las laderas del Castillo y el Auditorio Riberas del Guadaíra. La actuación contribuye a la comodidad y calidad de vida de la ciudadanía, y va a ser especialmente beneficiosa para por el sector hostelero de la zona, que ha sufrido estos meses las obras. La actuación urbanística permitirá nuevos usos, así como una movilidad más sostenible. Mejorará la seguridad y la ordenación del tráfico habiéndose ampliado los espacios para el peatón con la renovación de todo el pavimento de forma atractiva. 

El próximo lunes 27 de marzo la calle se reabrirá al tráfico retomando su sentido de salida hacia Sevilla.